BATALLA DE MAIPÚ.
Señor Director:
En esta misma fecha, el año pasado escribía sobre mi indignación con la sociedad chilena y sus autoridades, al observar cómo, en la más absoluta indiferencia, dejábamos pasar ese 5 de abril de 2019, fecha en que conmemoramos la Batalla de Maipú. Cientos de soldados con su sangre derramada, chilena y argentina, permitieron —hace 202 años— la independencia de esta nación. Este año, no será diferente, más aún cuando tenemos un nuevo enemigo que, al más puro estilo hegemónico y globalista, intenta apoderarse de nuestra matriz de decisiones, causarnos el mayor número de bajas y someternos a la derrota.
El triunfo en Maipú, aseguró la independencia de Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador y la creación de la nación boliviana. Esta “Gran Batalla”, marcó la independencia definitiva de Chile y el inicio de la derrota de los realistas y sus colonias en América del Sur. Sus repercusiones estratégicas y geopolíticas permitieron, junto con el general venezolano Simón Bolívar —que avanzaba por el norte— la derrota y expulsión de los realistas de América del Sur. Con ello se puso fin a más de 300 años de dominación española.
Sin un O’Higgins, no habría habido un San Martín, sin O’Higgins y sin San Martín, no habría habido una Batalla de Maipú y menos un Lord Cochrane. Sin un Cochrane, no habría habido una Escuadra Nacional que, enarbolando la bandera chilena con tres estrellas, viajó a Lima y derrotó a los españoles en su propio virreinato. Sin una Escuadra chilena, jamás se habría arrebatado el dominio del mar a los españoles.
Sin el dominio del mar, América del Sur jamás habría sido libre. Pero hoy, nada de eso importa. Su recuerdo no da dividendos políticos, no está en la agenda del gobierno ni en la de la oposición, ni en la nueva izquierda, menos en los medios de comunicación, todo ello como parte del mal ejemplo que le damos a nuestra juventud. Después, no les pidamos que sean respetuosos de lo que nosotros no respetamos.
Nuevamente, las Fuerzas Armadas y los Patriotas, son los que están dando la verdadera batalla. En la otra vereda está el CORONAVIRUS que en nuestro país ha sumado a los apátridas de siempre. Esos que buscan destruir las instituciones permanentes de la República, los que proponen, en pleno combate, transformar a las Fuerzas Armadas y a Carabineros de Chile, los que se adueñan de los espacios matinales de la televisión, para fortalecer sus futuras campañas políticas, los que se venden a los intereses del Foro de Sao Paulo y se declaran soldados de Maduro. Los que mancillan nuestra bandera y llaman a la desobediencia de los soldados.
Otros, aún siguen aferrados al populismos y a una globalización que ya nunca más será igual. Una globalización que hoy se enfrenta derrotada a los nacionalismos y al cierre de las fronteras. Un globalismo impulsado por la Unión Europea que no fue capaz de ir en ayuda de Italia y España. Una Unión Europea que se derrumba frente al nacionalismo británico y la cautela de Francia y Alemania.
En América no es diferente. Estados Unidos, Brasil, Bolivia y Uruguay avanzan en esa dirección, sin embargo, Chile aún no despierta y sigue pensando en una Asamblea Constituyente y en un camino que nos acerca más a Venezuela, Cuba y el Foro de Sao Paulo. Todo ello, sumado al millonario, trucho e innecesario cambio de la Constitución del Gobierno de Ricardo Lagos. Esa que, en septiembre de 2005, difundió parafernálicamente, como la verdadera constitución democrática para todos los chilenos. Hoy, vergonzosamente calla y no la defiende. Prefiere que los ignorantes chilenos sigan pensando que se trata de la Constitución de 1980.
Por lo mismo, a Chile le cuesta mucho recordar un 5 de abril de 1818. Era una época de verdaderos Patriotas. Esos que eran capaces, con hechos y no palabras, dar su vida por la independencia y soberanía de Chile y también de América. Solo cuando los Patriotas por Chile, dejen de ser un puñado de chilenos, y se conviertan en una poderosa fuerza y verdadera opción política, podremos decir que Chile despertó.
Christian Slater Escanilla.
Patriotas por Chile.
Partido Político en Organización.
Coronel (R) del Ejército de Chile.
